San Nicolás del Puerto desde los celtas
Los comienzos de San Nicolás del Puerto se remontan a los antiguos tiempos de los celtas, que establecieron aquí un asentamiento llamado ‘Iporci’. Estos auténticos residentes del sur se sometieron ante la aparición de civilizaciones posteriores, especialmente con la colonización llevada a cabo por Roma en ambas márgenes del Mediterráneo.

Legado Romano
Los romanos dejaron en este lugar su distintiva marca, que en la actualidad se evidencia gracias a los significativos restos que se conservan de su presencia; los más destacados son los del ‘puente de piedra’ sobre el río Galindón (aunque su aspecto actual se debe a intervenciones medievales). Los nuevos habitantes del ‘Lacio’ establecieron sobre la antigua ‘Iporci’ la ‘Villa de Fortuumade’ o ‘Fortunales’, muy beneficiosa al estar ubicada en terrenos elevados de gran valor estratégico en una época en que el control de las plazas fuertes se debía al predominio militar. Algunos estudiosos, por su parte, sostienen la teoría que señala la existencia en este lugar de la ‘ciudad de Hiporcia’, atravesada por la calzada romana que unía Sevilla y Mérida.
Dominio Árabe y Desarrollo Local
Tras el breve periodo visigodo, la actual ‘San Nicolás del Puerto’ fue tomada por los moros conquistadores en el siglo VIII. Los árabes fueron responsables del desarrollo local gracias a la explotación de sus ‘minas de plata’, tan productivas que hicieron de la región un lugar famoso. En la época del rey musulmán Aznnar Benajaque se llevó a cabo la edificación de la ‘gran fortaleza’, cuyos restos, en particular una de sus torres, se conservan como testimonio de ese período.
Figura Religiosa y Cambios de Soberanía
Un apunte más sobre la historia de este pueblo menciona el nacimiento en él del famoso religioso San Diego de Alcalá, así denominado por vivir parte de su vida y fallecer en Alcalá de Henares. En cuanto a la crónica local, tras la llegada de los castellanos, se integró a las posesiones cristianas y con ellas experimentó las mismas vicisitudes y situaciones que afectaron a la provincia y al país hasta nuestros días, incluyendo la posesión que tuvo de la zona el Conde-Duque de Olivares hasta el primer tercio del siglo XIX.
Vestigios Históricos
Otros restos importantes incluyen un ‘cáliz visigodo’, ‘monedas romanas’ y un ‘crucero de piedra’ ubicado en la entrada de la localidad del tercer cuarto del siglo XVI, montado sobre una ‘columna corintia’.